Casa Aragón 15/10/2006

Cada vez me empiezan a gustar más las carreras modestas que están organizadas con cariño, sobretodo aquellas que no pretenden ser más que eso.

Este fin de semana pasado fuimos a una de ellas, una de esas que ni aparecen por internet y de las cuales casi nadie sabe que existe. Organizada por la casa de Aragón de Viladecans y Gavà, se nos ofrecía una carrera tipo cross de una distancia incierta entre los 7 y los 8 kilómetros. Se trataba de un circuito de 5 vueltas por dos calles paralelas, genial para los espectadores y con la única pega, para los corredores, de tener que afrontar una calle de subida y la otra de bajada.

Esa mañana sólo nos faltó Santos. Tomó, la acertada, pero no siempre fácil decisión, de descansar. Después de muchos fines de semana activo, seguro que agradeció no pisar el asfalto. Los demás estábamos allí: Joan, Antonio, Nora, Marisol, Sergi, Jesús, Helena y yo. Aunque el tigre de San Ramón dejó las bambas en casa y no quiso cargar su maltrecha rodilla y mi primo lleva unas cuantas semanas en el dique seco y todavía no era el momento de reaparecer.

Llegamos temprano, la idea era poder ver a Nora y tener tiempo para calentar tranquilamente. La pequeña del grupo, hizo una carrera extraña, ya que por lo visto un error hizo que recorriera más distancia de la que le tocaba. Igualmente quedó muy bien, como siempre, y me gusta ver la ilusión que tiene por estar ahí.

Calentamos por el circuito y nos preparamos para comenzar. Después de animarnos, de estrecharnos las manos y de desearnos lo mejor, nos concentramos y nos pusimos en la línea de salida. Yo como en todas estas últimas carreras, encendí mi MP3 e intenté concentrarme en correr y olvidarme de molestias y de cualquier otro contratiempo.

La salida fue muy lenta, tanto Sergi como yo nos pusimos delante porque el ritmo era suave. Yo no pude aguantar tanto como él, ya que cuando llevábamos una vuelta y media, el grupo de cabeza decidió comenzar a tirar un poco más. El ritmo todavía no era tan fuerte como para dejar a Sergi, pero para mí ya era más exigente. A partir de ese momento preferí mantener mi ritmo e intentar ir lo mejor posible. Era divertido ir viendo en cada giro la situación de la carrera, aunque también da un poco de rabia ver como cada vez te alejas más de la cabeza de la misma.

Al final, en los últimos giros comencé a ver la situación de Marisol y Joan. Ambos estaban haciendo una muy buena carrera. Y fue al llegar a meta donde vi que volvía a acercarme un poco a Sergi, pero me había sacado un buen trecho que se había convertido en insalvable en ese momento.

Marisol ganó la carrera de mujeres y se llevó, a parte de una copa, un pulsómetro que seguro que le irá de rechupete. Los demás no quedamos mal, pero los tiempos y posiciones son lo de menos, lo importante es que a veces no hacen falta muchos medios para organizar un evento con el que entretener al personal y en el fondo creo que es lo que buscamos todos.

Un saludo,

Pedro López Muñoz