lunes, mayo 01, 2006

La maratón de Antonio - Barcelona 2006


Antes de hablar de la maratón, tengo que hacer un inciso:

Allá por el 2002 D.C., andaba yo de vacaciones de verano con mi familia y en un área de servicio buscaba algo de leer Hojeé un ejemplar de Runners World de agosto y lo adquirí ilusionado. Su lectura era amena y constructiva. Comencé a saber más de este mundo y a darme cuenta de lo poco que sabía.

Conseguí rodar una hora sin parar, me sentí superior, y correr tres días seguidos sin sobrecargas ni averías. Esto era correr con más cabeza y menos corazón. Por mi mente pasaba siempre ir a más y ¿porque no? algún día correr una Maratón. Era algo inalcanzable en aquella época pero ¿y en un futuro?

Gracias a mi primo Pedro, conocí un grupo de corredores con los que rápido hicimos buenas migas. Los componentes de la AEM (Associació Esportriva Molins) aún me engancharían más, si cabe, a este deporte.

Llegó mi primera cursa con dorsal (creo que fue en Sabadell con Pedro y Joan) y otras cursas de 10.000m (Jean Bouin, Sant Silvestre, Sant Antoni, Bombers… ), hasta una maratón por relevos (en Palafrugell), y mi primera media maratón (Granollers 2005). Ya últimamente nos federamos y disfruté como un cochino en un charco del cross de Gavà.

El día que conocí a Santos, en el parque de las palmeras, me dije para mí: “Éste es un corredor de verdad”. Comenzamos a rodar dirección rielada. Cuando supe que había hecho una maratón, no paré de hacerle preguntas sobre el tema.. Creo que te acordarás de ese día y de lo pesado que me puse, pero tú mantuviste la compostura..

Después conocí al profe Sergi y Marisol, en una cursa cuyo nombre quisiera acordarme (admito apuntes y comentarios, gracias!), una pareja ideal y muy amigos de sus amigos. Parezco pelota pero es verdad. Conocí a Joan Figueres, un chaval de 55 años, buen colega, y a Parrilla, un boceras encantador y a la vez muy sensible. Otros fueron pasando pero no cuajaron, éste es un deporte para campeones. Y la última adquisición de la AEM, Jesús, que nos va a lanzar a la fama, tiempo al tiempo, sólo le falta confiar en él mismo, lo mismo que confío yo.

Por fín llegó el día que tanto esperábamos yo y los lectores, 26 de marzo del 2006, día de la Maratón de Barcelona, estrenando circuito. Empezaba a las 9h de la mañana, que sin el cambio de hora, en la madrugada, serían las 8h (ideal para un dormilón cómo yo; algún despistado se perdería la cursa).
Había unas 6000 personas entre la prueba de diez y la Maratón buscando sitio en la salida. Decir que ví a Martín Fiz en el bar en el que estuvimos descargando líquidos de la vejiga, todo un lujo. Siendo su admirador sólo me atreví a dirigirle una mirada amigable a los ojos, que él me devolvió, todo un ejemplo como persona y atleta.

Eran momentos antes de la salida, me sentía bien, feliz por estar ahí, me acompañaban mis amigos, entre ellos Helena con la bolsa, mi familia, mi entreno, un pulsímetro, un Isostar y unas ganas tremendas de enfrentarme a la prueba.
Estaba confiado de mis fuerzas, y a la vez no tenía ni idea que podría pasar. POR FIN DAN LA SALIDA, fue como descorchar una botella de cava del Joan, adiós tensión, a correr, anem per feina, sin prisa pero sin pausa.
Aquello era una locura de personas corriendo, mirando, aplaudiendo y todo ello, unido con las ganas que yo tenía, te invitaba a disfrutar la prueba de los 42 kilómetros en un circuito que recorría lo más emblemático de Barna.

El primer 5000m me salió de media a 4:45, teniendo en cuenta que la subida era dura y que no quise pasar de 165 pulsos; ya estaba bien como aperitivo. Quedaba mucha carrera, era todavía pronto para pronosticar: si iba bien, sobre las tres horas y pico; si iba muy bien, sobre las tres horas y poco; y si no iba tan bien: acabarla como me pasaban por la cabeza.
Los demás kilómetros me salieron a 4:20 y 4:30, dependiendo del desnivel, manteniendo mi pulso justo por debajo de las 170 p/m. Iban cayendo kilómetros con muy buenas sensaciones. Me atreví a adelantar al globo de las 3:15 a la altura de la Plaça de les Glòries, con un ritmo decidido y alegre. El paso por media maratón lo hice en 1:34, algo más lento de lo que esperaba (y ésta era la mitad en fresco, ¿Cómo sería la otra mitad? )

En el treinta, dentro del forum, tenía una ayuda adicional. Cuando di la curva divisé el avituallamiento, di un silbido familiar y apareció, como una loca, mi niña chillando, mi hermano Paco y Rocío y , como no, Jesús, de rojo AEM, con otro Isostar. En ese momento, no se podía pedir más. Ver a tu familia, después de 2 horas y pico de rodar con desconocidos, te pone las pilas. Digo desconocidos aunque yo hacía méritos por conocer a todo el mundo, a la más mínima entraba en conversación (con unos de Almería, con otros veteranos que iban para 3:10, con la gente, con una chica que, desde su bici, acompañaba a un corredor…). Y cuando llegó Jesús a mantenerme ocupado, ya no estaba yo para muchas relaciones públicas.
Tiró de mí como nunca, me mantuvo entretenido, pero no pudo hacer que mi ritmo fuera a más, como queríamos los dos. Me decía: “¡Venga, vamos a por ese grupo!”, “Vamos, sigue, que vas bien”. Gracias Jesús, iba de más a menos, en progresión inversa, en los siguientes diez mil mi media descendió de 4:30 a 4:45 y a 5:00.

Aproximadamente en el 38kmse me unieron Pedro y Santos. Nunca había estado tan atendido y mimado (mira que si me penalizan…), uno me llevaba el agua, otro el Isostar, y los tres me daban ánimos pero las fuerzas escaseaban, corría por inercia, per collons. El muslo derecho hubo un momento que se quiso poner duro. Miritmo era lento, lentísimo, pero seguro. Me emocioné, LA TENÏA EN EL BOTE.
Quedaban tres kilómetros, mi primo me avisaba del desnivel y del resto del recorrido. El más mínimo desnivel era una montaña. Veía a Pedro mirarme también emocionado y a la vez preocupado por mi estado.

Cuando adiviné los últimos doscientos metros aceleré como un vulgar AEM, tenía alas, de plomo pero alas, escuché gritosde “¡Antonio!”. Mi familia me estaba viendo (Jose, Pol, Paco Rocío, Nora, mi Madre y Helena). Pasar por el globo de meta fue BESTIAL, TE SIENTES GRANDE, LO VOLVERÉ A HACER, DISFRUTÉ MUCHÍSIMO, OS QUIERO.

Al final, 3:16:09, posición 625 del total y 173 de mi categoría.

Antes de hacerla me fijaba mucho en el tiempo en el que podría acabarla. Después de hacerla y saber cual era mi sitio, comprendí lo que me decían muchos:

“EN LA PRIMERA MARATÓN NO TE FIJES UN TIEMPO, VES A TERMINARLA, DISFRÚTALA.”
(Ojalá podamos repetirlo todos juntos y desde el principio. FORÇA AEM.)
Antonio Moreno Muñoz