domingo, abril 19, 2009

CURSA DE LA LLAGOSTA

7.15 H de la mañana y estoy despertándome con un café y un ... . Pensando en la cursa y que la preparación gradual de las ultimas 2 semanas había estado bien, pero me había acostado a las 2.00 h cenando con Mari y unos amigos y si el cubatilla que me me había tomado iba influir en mi cursa. Para mi sorpresa lucia un sol espléndido, ya que me había esperado según predicciones del viernes el cielo gris y lluvia. Mari y yo terminamos de prepararnos y salida para La LLagosta. Llegamos y enseguida sabíamos donde aparcar, porque habíamos estado la tarde antes recogiendo el dorsal e inspeccionando el terreno de salida.

Naturalmente llevaba de gala nuestro flamante chandal y cuando me dispongo a quitarme los pantalones se me queda la Mari mirando y me dice, " Oliver que estas en calzoncillos", y me doy cuenta que me había dejado los pantalones cortos para correr en casa. Suelo llevarme los en la mochila y ponerme los antes de calentar. Joder, primero el chip en la maraton y ahora esto! Como siga así algún día se me olvidara la camiseta de tirantes y me vereis correr la cursa como los 2 amigos que sabemos. Bueno pregunto en organización a ver si tienen unos pantalones cortos.

Me encuentro a Jordi, nos saludamos, le comento mi dilema y el sigue a calentar. En organización me dicen que no tienen pantalones cortos, que ellos no corren! Gracias, por las explicaciones, pensé.

Me dispuse a calentar dejando a mi Mari en la multitud de la cursa de los peques. Resistiendo me a la idea de correr en los pantalones del chandal le pregunte a otros 6 corredores a ver si alguien tenia un segundo par de cortos.

Nada, solo un chico del equipo L´Aire me ofreció sus mallas largas y para eso y el lió de luego devolverse las corro con los pantalones del chandal y así fue.

Me posicione bien casi en 2nda fila y poco antes de salir pensé me arremango los pantalones, abro el velcro y p´arriba, como si fuese a regar dirían en mi pueblo de Granada.

Cuenta atrás y salida, la salida fue un poco estrecha y no se podía correr a ritmo, decidí tomármelo con calma pero por lo visto no me fue mal ya que me encontré en un grupito a la liebre de Tao en Castellbisbal, " Hasna". Los pantalones depues del 1er km naturalmentes se me fueron para abajo y encima con el velcro abierto.

Me encontraba bien y pensé me voy a enganchar a este grupito, pero fatídico error! Llevaba el reloj mal calibrado por el cambio de zapatillas de entreno a competición y si yo creía que iba a 3:45 h como indicaba el Polar, seguro que iba al menos a 3:35 h, ya que Hasna termino la carrera como primera mujer a 36:06! Acompañe al grupo hasta el km 4,5 o algo así, cada km estaba indicado por la organización.

La LLagosta es un pueblo pequeño y a mi gusto poco vistoso, pero me gusto el trazado de la cursa que se hacia ameno siendo urbano con algo de carretera y polígono y con algunas subidas leves. Bueno, km 4,5 y empezaba tener dificultades de mantener el ritmo, deje que el grupo desapareciera poco a poco. Llego el km 5 y empezaron a venir las subidas que hicieron que se me agarrotasen algo las piernas y pensé bueno, pues disminuyo ritmo.

Si, otra vez corro una cursa en negativo de mas a menos, pero me llevo buenas sensaciones y a pesar de todas las adversidades me ha salido un tiempo digno de 39:32 y sabiendo que esto lo puedo mejorar.

A Mari también le gusto la cursa ya que no había tantos problemas como en Bombers para ver a los corredores y la verdad que la carrera esta muy bien organizada y tiene su encanto, si tenéis posibilidad de correrla os la recomiendo. Luego el lote que te dan es espectacular con unos 6 kg de detergente "colon" en polvo y otro en liquido y una "Camel Bag" realmente chula y muchas mas cosas.

No se lo que pensarían los demás al verme correr con el chandal y mis Ray Ban antiguas, pero yo me lo he pasado pipa con mi Mari.

Y para que no decaiga la fiesta me voy apuntar para la semana que viene domingo a los 10 km en el circuito de Montmelo a ver si se me pega algo de velocidad.

Bueno Señoras y señoritas, pfv organizaros para poner vuestros comentarios a esta crónica y no escribáis como últimamente soléis hacer todos a la vez y tantos, ya que podríamos saturar el server de toda Barcelona.

Besitos y vivaaaaaaaaaa eeeeeel.l.l.l.l. COOOOOOOOOMEEEEEEEEEKmeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

Oliver

martes, abril 07, 2009

Bombers 2009

Hay carreras en las que la mayoría acabamos con buenas sensaciones y batiendo nuestras marcas o nuestros objetivos. Pues bien, esta no es una de esas. Exceptuando al crack de Albert y el buen tiempo de Javi López, creo que el resto acabamos con sensaciones más bien raras. Eso sí, el grupo estuvo genial, a la altura de las circunstancias ya que estrenamos nuestro súper chándal y como podéis ver en la foto… ¡damos el pego!

De arriba izquierda a abajo derecha: Tao, Oliver, Miki, José María, Richard, Antonio, Francesc, Javi, Pedro, Fran

Desde aquí quería agradecer a Javi y a José María su estupenda gestión, ya que son con estas cosas con las que vamos, poco a poco, construyendo algo que espero que dure por muchos años.

La afición también estuvo genial, como siempre, con una amplia representación desde la salida: Beatriz, Pedro, Pol, Francisca, Mari y Helena. Así da gusto ir a las carreras y en esto no creo que muchos clubs nos ganen.
A los que aparecen en la foto y a la afición hay que sumar a Albert, Jordi y su novia, Xavi, María José y sus hijos, que se unieron después al grupo.

Vayamos al grano. Me centraré en mi carrera y espero que poco a poco los demás vayáis poniendo vuestras sensaciones.

Preparé esta carrera con muchas ganas. Por primera vez había previsto entrenos de mucha carga con muchos meses de antelación. La pena es que por dos veces las lesiones rompieron mis planes. Por culpa de una lesión dos semanas antes de la carrera me iba quedar con las ganas de probarme al 100%. Atrás quedaban entonces aquellas series de ocho kilómetros, los días de salir por Italia sin conocer los caminos, las salidas con lluvias, las series cortas con José María, … en fin, todo eso que sabéis muy bien porque también lo habéis sufrido.

Pero la esperanza siempre queda y tonto de mí, todavía quería pensar que mi pierna iba a aguantar. Llegué a la carrera con pocos ánimos ya que me dolía la pierna hasta calentando, pero esperaba que después de esa salida tan espectacular de la cursa la adrenalina me empujara. No fue así, el primer paso vino acompañado de un pequeño calambre. Cerré los ojos, apreté las manos y pensé… ¡para adelante que no es nada y se pasará! Ingenuo…
Estas salidas siempre son duras, y después de empujones, de subidas a la acera y hasta de saltar por encima de las ruedas delanteras de unas bicis, conseguí encontrar un hueco. De golpe una voz me llama y … ¡pero si es Albert! Me hizo mucha ilusión poder encontrarme con él después de tanto tiempo sin correr juntos. Nos saludamos y acordamos no hablar demasiado para no gastar fuerzas. Yo me sentía dolorido, pero el ritmo era inferior al que me había acostumbrado en los entrenos, así que poco a poco me fui yendo. Subí el paralelo como una moto.

El paso por el cinco era prometedor, pero yo veía que el sobreesfuerzo que hacía me estaba pasando factura. A pesar de que mantenía el ritmo por kilómetro, la fatiga se incrementaba constantemente y mi cuerpo no mantenía una cadencia estable… joder, debería parecer un pato mareado! Espero que no haya videos…

Y como era de esperar, en el kilómetro seis me pilló Albert. Le avisé de que no iba fino e intenté unirme a él con el fin de acabar la carrera juntos, pero sin darme cuenta volví a distanciarme, me fui hacia adelante e intenté que me siguiera. La verdad es que no quería irme, pero no podía mantener el ritmo constante porque mi cuerpo estaba raro.

En el kilómetro siete llegó el desastre. Un calambre bestia recorrió toda mi pierna y me quedé clavado. Llegó Albert, le dije que se me había acabado la carrera. Maldeció con la cabeza y se fue para adelante. Allí me quedé, solito rodeado de miles de personas, apartado a un lado de la calzada mirando atrás para ver si venía alguna cara conocida, cojeando y deseando llegar a meta. La Via Laietana se hizo eterna y sólo una pequeña conversación con Santos amenizó mi sufrimiento.

Al final crucé la meta con un tiempo decente, gracias a todo el esfuerzo que había hecho en los primeros kilómetros pero muy lejos del objetivo real.

No volví triste a casa, estaba muy contento por como había ido el día y de haberlo compartido con todos vosotros.
Por suerte, este tipo de lesiones te permiten seguir disfrutando de este deporte al que queremos tanto y aunque yo ya intuía lo que iba a pasar (no había que ser ningún lumbreras), no quería perderme una jornada como la que vivimos todos los que fuimos.

Un abrazo a tod@s,
Pedro López Muñoz